Llegó la primavera: flores, sol y un concierto de estornudos
La primavera ya está aquí y se nota. Los días se alargan, el sol calienta un poquito más y de repente todo se llena de flores, colores y hasta de buenas vibras. Es la estación del renacer, de las terrazas llenas, de los paseos al aire libre… y también, no nos engañemos, de las alergias que llegan como invitadas no deseadas.
Porque claro, junto con los pétalos y el aroma de los jardines, aparece el polen y empieza la batalla: estornudos en cadena, ojos rojos que parecen de trasnoche y pañuelos que se convierten en el accesorio de moda. Para muchos, la primavera significa felicidad; para otros, una lucha diaria contra la naturaleza.
Los árboles, que se ven preciosos cubiertos de flores en primavera, son los principales culpables de este caos. Liberan polen a diestra y siniestra, como si organizaran una fiesta secreta en el aire y no todos estuviéramos invitados. Y mientras algunos disfrutan con picnic en el parque, otros miran desde la ventana, armados con antihistamínicos y un paquete de Kleenex.
Los doctores recomiendan trucos simples: ventilar la casa en la tarde, evitar los parques en los días de máxima polinización y, sobre todo, no dejar para último minuto la consulta médica. Pero claro, la mayoría improvisa con “recetas caseras” o con la típica frase: “ya se me va a pasar”.
La primavera es linda, no hay duda. Nos llena de energía, nos hace sentir que todo comienza de nuevo. Pero también nos recuerda que no todos respiramos igual de fácil cuando el polen anda suelto. Así que, si eres de los alérgicos, no te preocupes: no estás solo. Somos legión, estornudando a coro para darle la bienvenida a la estación más bonita… y más traicionera del año.
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