Mientras animaba un evento: el momento más incómodo de Raquel Argandoña
Raquel Argandoña no se guardó nada al contar una de las anécdotas más insólitas que le ha tocado vivir en el mundo de la moda: comprar una prenda de alta costura que venía con un “detalle” muy particular.
El Misterio del “olor a cebolla”
Todo comenzó cuando Raquel adquirió un elegante blazer de un diseñador de renombre. La tragedia (y la comedia) la golpeó en un evento de verano donde le tocaba animar. Según relató, empezó a sentir un “olor a cebolla raro” que la incomodó profundamente. ¿El culpable? Su chaqueta nueva.
“Yo sentía ese olor, decía ‘qué raro, ¿por qué tengo este olor?'”, contó Argandoña, describiendo cómo el calor intensificaba la misteriosa fragancia a transpiración que, increíblemente, venía en la prenda recién comprada.
La Sorpresa Tras la Cortina: Una Modelo Famosa
Al ir a reclamar a la tienda, Argandoña se encontró con una revelación que dejó al panel sin habla: la chaqueta no era tan “nueva” como pensaba.
La prenda había sido utilizada por una modelo conocida en un desfile. La excusa de la tienda fue tan directa como sorprendente: la modelo tenía “un olor muy fuerte a axila”. A Raquel le ofrecieron devolverle la plata (que ella cambió por otra prenda), pero la anécdota del olor quedó para siempre.
El Dato de la Abuelita
Pero la historia terminó con un valioso secreto. La tienda le dio un tip de oro para erradicar ese tipo de olor, el que queda pegado incluso después de la tintorería y que vuelve con el calor.
La clave es el vodka: Se debe mojar bien la parte interior de la axila de la chaqueta con vodka y dejar que se seque al aire. Esto supuestamente elimina la transpiración que queda incrustada en la tela para siempre.
Una compra fallida que se convirtió en la anécdota del día y una lección de hack casero para la ropa fina.
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