“Él es mi ángel protector”: Elvira Cristi habla del rol de Felipe Camiroaga en su vida actual

Elvira Cristi irrumpió en el estudio con una energía que todos sintieron: luminosa, profunda y cargada de una fuerza interior difícil de explicar con palabras terrenales. Desde el primer momento, ella reveló una conexión con planos superiores, con presencias que la acompañan y la guían. Entre todas, hay una que destaca con fuerza única: la de Felipe Camiroaga. Elvira no lo nombra desde el ego ni desde el espectáculo; lo menciona desde el alma, desde ese lugar sagrado donde habita el amor verdadero y la protección eterna.

¿Cómo nos enteramos de esta relación? Alvaro Santi hace una psicografía para Elvira, en donde siente energías y da en el punto al decirle que no le pueden hacer magia negra porque un hombre alado la cuida.

Elvira siente a Felipe. Lo busca con respeto, le habla en silencio y le pide ayuda cuando lo necesita. Él, convertido en una figura de luz, responde a ese llamado. Durante la conversación, ella confesó que nunca explotó públicamente su relación con él porque la consideró real, íntima y profunda. Compartían una amistad que trascendía la pantalla y que se sostenía en la confianza, el cariño y la admiración mutua. El último contacto entre ambos ocurrió poco antes del accidente en Juan Fernández: Felipe prometió conocer al hijo de Elvira a su regreso. No alcanzó a hacerlo, pero su partida no rompió el lazo. Al contrario, lo selló para siempre.

Hoy, Elvira asegura que él es su ángel protector. Lo siente como una presencia masculina fuerte, con alas, cuidándola, guiando sus pasos, iluminando los rincones donde a veces duda o se tambalea. Ella no lo recuerda con tristeza, sino con gratitud, porque reconoce que su espíritu sigue activo, acompañándola, respondiendo a sus llamados, otorgándole señales claras de que está ahí.

La relación entre Elvira Cristi y Felipe Camiroaga no terminó con la muerte. Evolucionó. Se transformó en un lazo espiritual que demuestra que el amor verdadero nunca desaparece: simplemente cambia de forma para seguir protegiendo, inspirando y sosteniendo desde la eternidad.