Día de los Muertos: Aprende a preparar tu altar
En el marco de la celebración de Halloween y el Día de los Muertos, Pedro Engel y El Sultán de México compartieron en el programa los elementos esenciales y el profundo significado detrás del altar de ofrendas, un espacio sagrado destinado a recibir a los ancestros que regresan a casa.
1. La base y los niveles del altar
Antes de colocar cualquier elemento, la limpieza del lugar es fundamental. Una vez despejado el espacio, se recomienda preparar una mesa o superficie y cubrirla con un mantel blanco o de colores vivos, según el espíritu de la celebración.
Los niveles del altar representan la conexión entre los distintos planos espirituales, y su número depende de lo que se quiera simbolizar:
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Dos niveles: representan el Cielo y la Tierra.
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Tres niveles: simbolizan el Cielo, la Tierra y el Inframundo, el lugar donde se deja todo lo que se desea alejar.
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Siete niveles: se asocian con los Siete Cielos o los Siete Arcángeles, y se utilizan en rituales más espirituales y elaborados.
2. Elementos esenciales de la ofrenda
La ofrenda es el corazón del altar: el punto donde se depositan los elementos que guían, alimentan y reconfortan a los seres queridos que regresan durante esta fecha.
Entre los objetos más importantes están las velas o velones, que iluminan el camino de vuelta a casa, y las flores de cempasúchil, de un color amarillo intenso, que representan la luz y el sendero hacia el trascender. El incienso o copal también es indispensable, ya que purifica el ambiente y eleva las peticiones.
El agua se coloca en un vaso o copa para calmar la sed del espíritu tras su largo viaje, mientras que el pan de muerto y la comida favorita de cada difunto se preparan como una cena de bienvenida, acompañada de frutas frescas.
Las fotografías de los difuntos y sus objetos personales son esenciales para honrar su memoria y presencia. Incluso pueden incluirse recuerdos de amigos o mascotas que ya partieron. Los dulces y calaveritas de azúcar aportan el toque festivo y tradicional que caracteriza esta celebración.
Para proteger el altar, se utilizan sal y una cruz de ceniza o de flores, símbolos de purificación y bendición. Y para cerrar la conexión espiritual, se recomienda incluir una oración o frase personal, junto con algún detalle que los haya representado en vida —como su trago o perfume favorito—. El papel picado de colores completa la ofrenda, llenándola de alegría y movimiento.
3. ¿Qué hacer con la comida del altar?
Una de las preguntas más comunes es qué hacer con los alimentos tras la celebración.
Según El Sultán de México, existen dos opciones principales:
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Consumirla: compartirla entre los vivos como una ofrenda que une ambos mundos.
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Enterrarla: dejarla en la tierra como símbolo de entrega a los seres queridos.
Reflexión final
Pedro Engel y El Sultán coincidieron en que al honrar y recordar a nuestros difuntos, ellos “siempre van a estar vivos”.
El altar, más que una tradición, es una forma de amor y conexión, un puente luminoso para darles la bienvenida a casa.
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